En el campo también se ofrecen a la venta: pajares, masías, cortijos, fincas con olivos, encinas, etc. En sí, son muchos los inmuebles que pueden localizarse en el segmento de las fincas rústicas.
La tierra también sufre la crisis, al igual lo que sucede con los activos urbanos. Solo que aquí la elevada oferta no guarda correspondencia con la demanda muy débil.
Según datos del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y marino de España, el precio de los terrenos cultivables se redujo un 4,6% en 2009, hasta alcanzar los 10.465 euros la hectárea (10.000 metros cuadrados), que es la mayor caída desde 1992. Los descensos son mucho más considerables en el caso de las fincas de recreo, terrenos productivos que, además, cuentan con una casa edificada. En este caso, los expertos aseguran que se han cerrado operaciones con descuentos de hasta el 60% respecto al precio de partida.
Según Lola Sánchez, directora del portal de compra venta de parcelas e-Rústica, asegura que hay propietarios que han llegado a bajar su inmueble más de la mitad por la necesidad extrema a la que se enfrentan. En esta misma línea, José Antonio Pacheco, responsable de Agrofinca, empresa especializada en la compra-venta de fincas agrícolas, ganaderas, de caza y de recreo, también apunta que en 2010 se cerraron algunas operaciones con rebajas de hasta el 50%. En su opinión, el mercado está muy parado, por culpa de la debilidad económica. «Antes de la crisis (que se inició en 2007) vendíamos unas 3.000 ó 4.000 hectáreas de terreno al año. Ahora, poco más de mil», comenta. Su impresión está en línea con el dato de las hipotecas suscritas para financiar este tipo de inmuebles. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, en los primeros once meses del año 2010 se han cerrado 3.129 operaciones de compra-venta de fincas rústicas, un 22,7% menos que el año anterior. La cifra contrasta con las más de 67.000 viviendas urbanas vendidas en ese mismo periodo.
Las caídas de precios son tan considerables en algunos casos que los expertos estiman que se pueden encontrar oportunidades interesantes en este segmento de la inversión inmobiliaria. Recomiendan fijarse en terrenos de secano en Extremadura y Andalucía, entre otras comunidades. «No hay duda: ahora es el momento de comprar. La tierra es un valor seguro», afirma Pacheco.
Antes de aventurarse a adquirir alguna propiedad en el campo, valorar la zona es importante, ya que los precios son muy dispares entre unas comunidades y otras y no tienen el mismo potencial de revalorización. «Este segmento de la inversión, además, está dirigido sólo a gente experta, bien conocedora del campo y con capacidad para explotar correctamente los terrenos», comenta Pacheco. En estos casos, el número de dormitorios, el poseer o no ascensor, estar cerca de un centro comercial o tener buenas comunicaciones (criterios que pueden revalorizar un piso en una gran urbe) dejan paso a otra serie de criterios, como poseer sistema de riesgo para explotar las tierras, contar con un pozo o estar cerca de un río.
En opinión de José Antonio Pacheco, las fincas que más rentabilidad pueden dar mediante su explotación son las de regadío. «Aunque, lógicamente, también implica contar con más dinero, ya que son más caras que las de secano», añade. A cierre de 2009 (último ejercicio del que se disponen datos), la hectárea de tierra de labor de regadío se pagaba a un precio medio de 18.980 euros, mientras que la de secano costaba 6.745 euros. Las plataneras son, en concreto, el tipo de tierra más cara. A cierre de 2009, la hectárea se pagaba a 265.330 euros. Les siguen los cultivos protegidos de regadío, que se pagan a un precio medio de 178.026 euros por hectárea.
No obstante, desde el punto de vista de la inversión, son las tierras de secano las que más se revalorizan, ya que son más abundantes, baratas y mueven un mayor número de inversores, sobre todo las de labor y pastizales. Su precio es, de hecho, el más bajo de todas las tierras rústicas: a cierre de 2009 la hectárea de un pastizal de secano se pagaba a 2.985 euros. Según los datos oficiales, en los últimos veinte años, las tierras de secano acumulan una revalorización del 15%, lo que contrasta con el 8,6 % de las de regadío.
Los precios por comunidades autónomas
Son también muy variados, ya que dependen básicamente de la tipología de las tierras. Las más baratas se ubican en Extremadura (4.455 euros por hectárea), Castilla y León (4.772 euros) y Castilla La Mancha (5.917 euros). Es, precisamente, en estas comunidades con precios más bajos donde los expertos ven más oportunidades interesantes. En opinión de José Antonio Pacheco, pueden encontrarse fincas con buen precio, sobre todo, en Extremadura, Castilla La Mancha y Andalucía.
(fuente: Finanzas.com)
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