sábado, 12 de febrero de 2011

Nueva York y Fráncfort ultiman la creación del mayor operador bursatil mundial

Las fusiones internacionales acercan la Bolsa global. 
La música de las fusiones vuelve a sonar en los parqués, tras cuatro años de letargo por la mayor crisis desde la Gran Depresión. Y los gestores de los mercados financieros empiezan a buscar pareja para no quedarse fuera del baile. El de Londres toma la mano al de Toronto, mientras Nueva York y Fráncfort se cortejan para crear la mayor plataforma de acciones y opciones del mundo.
Los consejos de administración del NYSE-Euronext se reúnen hoy para dar los últimos retoques a la fusión, seis días después de que el London Stock Exchange se hiciera con su rival canadiense, operación de la que nace el cuarto operador bursátil del mundo por volumen, con transacciones valoradas en 3 billones de euros.
Nueva York y Fráncfort serán juntas cinco veces mayor, y dominarán el lucrativo negocio de derivados en Europa. Es ahí donde se mueve el dinero. Y es ahí por donde podría estar el obstáculo de la alianza en el examen de los reguladores, detalle que en el pasado impidió que la oferta de la alemana prosperara frente a la del gestor de Wall Street por la francesa Euronext.
En EEUU hubo hasta el momento silencio, a la espera de que se conozcan los detalles. Y eso a pesar de que los accionistas del Big Board controlarán el 40% de la entidad que nazca de la fusión, se dice, "entre iguales". El único que habló es Michael Bloomberg. El alcalde de Nueva York, que forjó su fortuna vendiendo terminales bursátiles, constata que la nueva plataforma dará "acceso a los inversores estadounidenses a Europa y viceversa, algo que otros competidores no tendrán". La misma reacción en Wall
Street, donde creen que si el NYSE no forja este tipo de alianzas globales, podría quedarse estancado.
Y ese es el problema que tiene ahora la Bolsa de Londres, que para no quedar descolgada del proceso de consolidación debe buscar la manera de fortalecerse aún más en una escena global en la que Hong Kong, Shangai, Singapur y Dubái quieren establecerse como centros alternativos. Un reto también para el Nasdaq, el Intercontinental Exchange y los parqués de futuros de Chicago.
Cada vez hay menos cerezas para coger. El Hong Kong Exchange ya está buscando sumar fuerzas con otros actores en la región, mientras que la ASX australiana trata de fusionarse con la Bolsa de Singapur.
Al primer paso en este proceso, el de las alianzas a escala regional en Europa y América, aún le queda camino por recorrer. Son alianzas estratégicas que permiten y reducir costes en un mercado que opera las 24 horas, en el que hay actores, como BAST Global y Chi-X, que gracias a la electrónica son capaces de competir con los parqués tradicionales y que podrían entrar también en operaciónes de integración. Un baile de fusiones que revive el sueño de finales de los años noventa del siglo pasado de crear una gran Bolsa global.
Según Handelsblatt (Alemania), la nueva bolsa no se limitará solo a los mercados locales, sino que aparecerá  en los lugares donde queden aún mercados por repartir, es decir en Asia y América del Sur.
Y entonces ¿cuáles serán los perdedores de esta fusión?. Aparte de las plazas comerciales competidoras, sobre todo los trabajadores y clientes de las nuevas bolsas.
Los clientes tendrán que cuidarse, porque los gigantes generalmente tienen tendencia a dictar precios.  
(fuente: ElPais.com (Sandro Pozzi), Hadelsblatt)

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